viernes, 16 de septiembre de 2016

Karen Horney. La primera psicoanalista feminista



Karen Horney (Blankenese, Alemania, 16 de septiembre de 1885 - Nueva York, 4 de diciembre de 1952).Psicóloga y psicoanalista alemana naturalizada estadounidense. Karen Horney  es considerada la primera feminista psicoanalista.

Fue una destacada exponente de la escuela psicoanalítica culturalista junto a  Erich Fromm  y Harry Stack Sullivan .
Está considerada como una de las fundadoras de la psicología humanista

 En una época en que pocas mujeres estudiaban, la madre alentó a Karen, desde que tenía 13 años, para que estudiara medicina. Con ese fin, tenía que integrarse en el liceo de Hamburgo que, recientemente, había autorizado por primera vez el acceso de chicas. Así lo hizo, en contra de la voluntad de su padre. Tres años después, fijó su residencia en Hamburgo para realizar los estudios previos de acceso a la Universidad. Fue apoyada por su madre quien, para sufragar los gastos, alquiló a jóvenes estudiantes algunas habitaciones de la casa.

Horney estudió en las universidades de Friburgo y Berlín, y posteriormente impartió clases en el Instituto de Psicoanálisis de Berlín.

En 1932 emigró a Estados Unidos donde trabajó en el Instituto de Psicoanálisis de Chicago y en el Instituto de Nueva York, y posteriormente ejerció como decana en el Instituto Estadounidense de Psicoanálisis y como profesora en el Medical College de Nueva York.

En 1934 fundó el Instituto Americano de Psicoanálisis en Nueva York.

En mayo de 1935, fue elegida miembro de la Asociación Psicoanalítica de Nueva York y analista didacta del Instituto Psicoanalítico de tal sociedad.




Obra:

Horney aporta conceptos bastante relevantes en la historia de la psicología, ya que gracias a su teoría se iniciaron los primeros escritos sobre la psicología de géneros y sigue vigente hasta el día de hoy. Su teoría es una de las pocas en hablar sobre el sexo femenino y  mostrar una idea innovadora basada en sus propias experiencias.

Sus teorías cuestionaron ciertos puntos tradicionales del pensamiento de Sigmund Freud, (*1) como por ejemplo, que las diferencias psicológicas entre el hombre y la mujer no son producto inherente de la biología humana, sino que deben su origen a diversos factores culturales y sociales. Horney creía que muchos de los problemas psíquicos tenían su origen en la infancia, haciendo especial hincapié en la cultura y pautas establecidas de comportamiento de la comunidad en la que el individuo ha vivido, las cuales estarían muy relacionadas con esos trastornos, frente al innatismo y genetismo del psicoanálisis freudiano.

Su pensamiento es clasificado dentro del neofreudismo


Horney destaca también por su teoría de la personalidad, en la que considera al individuo de forma holística, como una unidad dentro de un marco social, influyendo y siendo influido por su ambiente.

En 1935 abandonó el tema de la Psicología femenina porque sentía que el papel de la cultura en la formación de la psique femenina hace que sea imposible determinar lo que es claramente femenino. En una conferencia titulada "La mujer es el miedo de Acción" (1935), argumentó que sólo cuando las mujeres se hayan liberado de las concepciones de la feminidad fomentada por culturas dominadas por hombres, podremos descubrir la forma en que realmente se diferencian de los hombres psicológicamente.


Entre sus numerosas obras destacan  La Personalidad Neurotica de Nuestro Tiempo *(1937), Nuevas perspectivas del psicoanálisis (1940), Autoanálisis (1942), Nuevos conflictos interiores (1945) y Neurosis y desarrollo humano (1950).

Karen Horney, una pionera de la ruptura con el modelo freudiano para explicar la psicología femenina y el desarrollo humano sano y neurótico.

 (*)
Karen Horney: La personalidad neurótica de nuestro tiempo




(*1)Envidia del pene Karen Horney criticó la idea freudiana de envidia al pene. Aunque aceptó que esto de hecho ocurría en algunas mujeres neuróticas, estaba muy lejos de ser un fenómeno universal. Sugirió que lo que parecía ser una envidia al pene era realmente una envidia justificada al poder de los hombres en este mundo.
De hecho, decía, podría haber una contrapartida masculina a la envidia al pene en los hombres, la envidia al útero, significando a aquella envidia que se siente ante la habilidad femenina de criar hijos. Quizás, el grado hasta donde muchos hombres se dirigen a por el éxito y de querer que sus apellidos perduren después de su muerte es una compensación por su incapacidad de perdurar una parte de sí mismos a través de llevar consigo, amamantar y criar sus hijos/as.