lunes, 1 de febrero de 2016

Mary Shelley. Frankenstein o el moderno Prometeo



Mary Shelley (Londres, 30 de agosto de 1797- 1 de febrero de 1851) Narradora, dramaturga, ensayista, filósofa y biógrafa británica.

Conocida sobre todo por ser la autora de la novela gótica Frankenstein o el moderno Prometeo (1818).

También editó y promocionó las obras de su esposo, el poeta romántico y filósofo Percy Bysshe Shelley.

Su padre fue el filósofo político William Godwin y su madre la filósofa feminista Mary Wollstonecraft.

Godwin dio a su hija una educación que la alentó a adherirse a las teorías políticas liberales. Asimismo, Mary  leyó los escritos autobiográficos y los libros de su madre, lo que incrementó la veneración que sentía por su memoria.





En 1814, Mary Godwin inició una relación sentimental con uno de los seguidores políticos de su padre, Percy Bysshe Shelley, quien ya estaba casado. Los dos, junto con la hermanastra de Mary, Claire Clairmont, vivieron en Francia y viajaron por Europa; a su regreso a Inglaterra, Mary estaba embarazada. Durante los siguientes dos años ella y Percy se enfrentaron al ostracismo social, a las deudas constantes y a la desgracia del fallecimiento de su hija, nacida prematuramente. Se casaron a finales de 1816, después del suicidio de la primera esposa de Percy Shelley, Harriet.

En 1816, la pareja pasó un verano con George Gordon Byron, John William Polidori y Claire Clairmont cerca de Ginebra, Suiza, en donde Mary concibió la idea para su novela Frankenstein.


 



Obras:

Las obras de Mary Shelley a menudo argumentan que la cooperación y la compasión, particularmente las practicadas por las mujeres en sus familias, son las formas de reformar a la sociedad civil. Esta visión constituyó un desafío directo al romanticismo individual promovido por Percy Shelley y a las teorías políticas educativas articuladas por su padre, William Godwin.

Hasta la década de 1970, Mary Shelley fue principalmente conocida por sus esfuerzos para publicar las obras de Percy Shelley y por su novela Frankenstein, la cual sigue siendo ampliamente leída y ha inspirado varias adaptaciones en cine y teatro. Recientemente, los historiadores han comenzado a estudiar más detalladamente los logros de Mary Shelley. Los eruditos han mostrado un interés creciente en su producción literaria, particularmente en sus novelas, como las novelas históricas Valperga (1823) y Perkin Warbeck (1830), la novela apocalíptica El último hombre (1826) y sus dos últimas novelas, Lodore (1835) y Falkner (1837). Los estudios de sus trabajos menos conocidos, como el libro de viajes Caminatas en Alemania e Italia (1844) y sus artículos biográficos incluido en la obra de Dionysius Lardner Cabinet Cyclopaedia (1829-46) apoyan el punto de vista de que Mary Shelley continuó siendo una política radical a lo largo de su vida.

Mary Shelley  y Frankenstein




Mary Shelley, en 1831, describió el verano como «húmedo y poco amable en lo que respecta al clima, ya que la lluvia incesante nos obligó a encerrarnos durante días en la casa».

Entre otros temas, las conversaciones se basaban en los experimentos del filósofo del siglo XVIII Erasmus Darwin, del cual se decía que había animado materia muerta, y de la posibilidad de devolverle la vida a un cadáver o a distintas partes del cuerpo.

Sentados alrededor de una fogata en la villa de Byron, el grupo también se entretenía leyendo historias de fantasmas alemanas. Esto llevó a Byron un día a sugerir que cada uno escribiese su propia historia sobrenatural. Poco después, durante un sueño, Mary Godwin concibió la idea de Frankenstein:


“Vi, con los ojos cerrados pero con una nítida imagen mental, al pálido estudiante de artes impías, de rodillas junto al objeto que había armado. Vi al horrible fantasma de un hombre extendido y que luego, tras la obra de algún motor poderoso, éste cobraba vida, y se ponía de pie con un movimiento tenso y poco natural. Debía ser terrible; dado que sería inmensamente espantoso el efecto de cualquier esfuerzo humano para simular el extraordinario mecanismo del Creador del mundo.”




Comenzó a escribir lo que asumió que sería una historia corta. Con la ayuda de Shelley, amplió el cuento hasta convertirlo en su primera novela, Frankenstein o el Moderno Prometeo, publicada en 1818.Más tarde describió el verano en Suiza como «el momento en que por primera vez salté de la infancia a la vida real».



Feminismo en la obra de  Mary Shelley.




Las críticas feministas a menudo se focalizan en lxs autorxs en sí mismxs,  particularmente las mujeres, representadas en y a través de las novelas de Shelley. Como explica la historiadora de Shelley Anne Mellor, Mary usa la ficción gótica no sólo para explorar el deseo sexual femenino reprimido, sino también como una forma de «censurar sus propias palabras en Frankenstein». 


Según Poovey y Mellor, Shelley no quería promoverse a sí misma como escritora y se sentía profundamente incapaz de serlo, y «esta vergüenza contribuyó a la creación de sus imágenes ficticias de la anormalidad, la perversión y la destrucción».

Las obras de Shelley se centran en el papel de la familia en la sociedad y el rol de la mujer dentro de esa familia. Hace notar «las características afectivas y compasivas propias de las mujeres» asociadas con la familia y sugiere que la sociedad civil no funcionaría bien sin ellas. 

Shelley estaba «profundamente comprometida con la cooperación, la dependencia mutua y el sacrificio propio». En Lodore, por ejemplo, la historia principal trata de la suerte de la esposa y la hija del personaje que le da el nombre a la novela, Lord Lodore, quien es asesinado en un duelo al final de la primera parte, dejando un camino de obstáculos legales y financieros que las «heroínas» deben superar. 

La novela está basada en temáticas políticas e ideológicas, particularmente la educación y el rol social de las mujeres. Analiza la cultura patriarcal que separa a los sexos y que posiciona a las mujeres bajo la dependencia de los hombres. 

Según el punto de vista de la historiadora Betty Bennett, «la novela propone sistemas educativos igualitarios para el hombre y la mujer, que traería justicia social además de beneficios espirituales e intelectuales para enfrentar los desafíos que la vida trae siempre». Sin embargo, Falkner es la única de las novelas de Mary Shelley en la cual la heroína triunfa. 

El final de la novela propone que los valores femeninos triunfan sobre la violencia masculina y que los hombres deberían tener «compasión, comprensión y generosidad» para ser mejores.