jueves, 17 de septiembre de 2015

Hubo un tiempo en el que no eras una esclava....



Hubo un tiempo en el que no eras una esclava, recuerda eso. Andabas sola, llena de risa, te bañabas con el vientre desnudo… dices que no hay palabras para describir esa época, dices que no ha existido. Pero recuerda. Haz un esfuerzo para recordar. Si no lo consigues, inventa.

Monique Wittig (*)

(*)Desde sus textos narrativos y poéticos, a sus ensayos político- filosóficos, pasando por guiones teatrales y cinematográficos, Wittig intentó y logró muchas veces, salirse de las reglas que aprisionan y acomodan. Reglas en la historia, en la economía, en la lengua. Sus múltiples intentos de perforar los cimientos de esas férreas estructuras que oprimieron a mujeres y varones durante siglos, dejó en claro que no hay una sola forma de acometer esa tarea. Partiendo de Marx y Engels, a de Beauvoir, desde las bucólicas andanzas de amazonas sin tiempo, al sexo explícito y carnal de mujeres que aman a otras mujeres, Wittig no buscó solamente acuñar frases e imágenes impactantes.

“Toda obra literaria importante es, en el momento de su producción, como el caballo de Troya. Toda obra con una nueva forma funciona como una máquina de guerra, pues su intención y su objetivo son destruir las viejas formas y las reglas convencionales. Una obra así se produce siempre en territorio hostil. Y cuanto más aparece este caballo como inconformista, inasimilable, más tiempo necesita para llegar a ser aceptado.”