sábado, 24 de enero de 2015

Fredrika Bremer. Pionera del Feminismo Sueco



Fredrika Bremer (Turku, Finlandia, 17 de agosto de 1801 - Estocolmo, Suecia, 31 de diciembre de 1865) Escritora, activista y feminista sueca. Fue muy influyente en la sociedad de Suecia durante su tiempo, especialmente en las causas feministas por eso se la considera la iniciadora del Feminismo  y del sufragismo sueco.

Aunque nació en Finlandia se mudó a Estocolmo con su familia cuando tenía tres años de edad.

Su padre fue descrito como un hombre autoritario y tirano en su hogar y su madre como una mujer mundana. Fredrika y sus hermanas fueron presentadas en sociedad para contraer matrimonio. Su madre se preocupaba solamente de preparar a sus hijas para que cuando crecieran encontraran un buen partido y se convirtieran en madres y esposas. 





Fredrika  no estaba feliz ante esta situación, desde bien pequeña tuvo otros planes para ella. Estudiando a escondidas y de manera autodidacta,  supo que nunca se casaría y que lo que deseaba por encima de todo era vivir una vida independiente. Algo que no agradaba en absoluto a sus padres de ideas tradicionales. Por eso  cayó en un estado de crisis profunda, pero consiguió evitar cualquier casamiento mientras se dedicaba a obras de caridad, estudiar y escribir.


En 1828 se inició como escritora, en forma anónima, con una serie de novelas que se publicaron hasta 1831.

Sus novelas eran historias románticas de la época. Sus protagonistas eran mujeres en edad de casarse; hermosas y superficiales o poco atractivas sin esperanzas de casarse, y la narradora solía ser una mujer independiente.

Bremer quería establecer un nuevo tipo de vida familiar, que no se centrara en los hombres de la familia, sino que se le diese más espacio a la mujer para desarrollar sus propios talentos y personalidades.


 

Hacia la década de 1840, ya era muy reconocida en la vida cultural de Suecia y sus libros se habían traducido a varios idiomas.

Políticamente, era liberal pero también tenía simpatía por el socialismo de la clase trabajadora de Inglaterra.

Su novela Hertha (1856) fue su obra más influyente porque abordaba la injusta situación de las mujeres.

Es una novela oscura que trata sobre la falta de libertad que tenían las mujeres, e inició un debate que fue una de las bases de la nueva ley de mayoría de edad legal para las mujeres adultas solteras de Suecia en 185. Dicho debate fue una especie de punto de partida para el verdadero movimiento feminista en el país.


Cuando se debatió la reforma electoral en 1862, apoyó la idea de darles a las mujeres el derecho a votar. Se dijo en los medios que sería una "vista horrible" ver "miriñaques ante las urnas electorales": ese mismo año, las mujeres mayores de edad pudieron votar en las elecciones municipales en Suecia.

Opuesta a las normas establecidas, la autora de Hertha se negó a adoptar el papel de esposa y madre que su familia y la sociedad en general esperaban de ella. Con esfuerzo y determinación, Fredrika consiguió ser una mujer independiente y sentó las bases de la lucha por los derechos de las mujeres en Suecia.

Sus novelas y su defensa de los derechos de las mujeres la convirtieron en una de las principales defensoras del feminismo y sufragismo en su país y su fama se extendió por muchos otros lugares de Europa y los Estados Unidos.


El primer movimiento organizado sobre los derechos de las mujeres en el país, Fredrika Bremer Förbundet, fundado por Sophie Adlersparre en 1884, fue nombrado así por ella.

Le gustaba mencionar y recomendar las obras de otras profesionales; mencionó tanto a la doctora Lovisa Årberg como a la artista Sofia Ahlbom en sus libros, y ayudó a Johanna Berglind a fundar una escuela para niños sordos y mudos en Estocolmo.






Entre 1849 y 1851, Bremer viajó a los Estados Unidos y a la isla de Cuba. Se desilusionó ante lo que creía que sería una "tierra prometida", principalmente por la esclavitud. Se cree que fue la primera que escribió sobre la música gospel, la canción de los esclavos, a los que había escuchado cantar.

También visitó Suiza, Italia, Palestina y Grecia entre 1856 y 1861, y escribió populares relatos de sus viajes.

Fredrika Bremer jamás se casó. Llegó a conocer a Per Böklin, un director de una escuela de Kristianstad en la década de 1830, quien le dio clases privadas y fue su amigo. Le pidió matrimonio pero, después de considerarlo durante varios años, ella lo rechazó.

Como curiosidad, en “Mujercitas”, de Louisa May Alcott, la Sra. March les lee un libro de Bremer a sus cuatro hijas.

Una de sus frases más conocidas es: 
 

"Es preferible vivir libres con escasa comida,
que vivir esclavizados con alimento en abundancia"