viernes, 22 de noviembre de 2013

Atención: El Machismo mata. El Amor Romántico también



Aunque no se le dé la importancia que realmente tiene, la concepción romántica del amor hace mucho daño, porque es por donde se cuela el machismo en las relaciones reales. Hace sentir a las jóvenes que tienen una especie de contrato de por vida con su pareja y que si él es violento, es porque se lo merecen; lo que aumenta la sensación de culpabilidad. A ellos les obliga a demostrar celos y dominio para reafirmar su amor.

 Tras años de avances en igualdad, los expertos alertan de que falla la educación y de que sigue dominando una visión romántica del amor en la que las chicas lo aguantan todo, seducidas por una figura dominante y protectora. Según los sociólogos, los adolescentes se saben la teoría y racionalmente rechazan la violencia, pero alertan de que el nivel de machismo es demasiado elevado. Así pues, los/as jóvenes van interiorizando la teoría pero en la práctica aún les cuesta, sobre todo, porque se sigue transmitiendo la idea del amor romántico y es necesario que entiendan que no se trata de que te quieran más, sino de que te quieran mejor.





Los centros de atención a malos tratos coinciden en que cada vez son más jóvenes las chicas que acuden a pedir ayuda. Aunque la mayoría de las víctimas adolescentes tienen entre 15 y 17 años, los puntos especializados llegan a recibir a niñas de 12 y 13. “En estas edades estamos luchando contra el amor, no contra el maltratador”,  informan los responsable de los grupos más jóvenes de la Comisión para la Investigación de Malos tratos a mujeres.

En las terapias con las jóvenes se profundiza primero en sus sentimientos hacia estas situaciones; y luego en el qué significa el comportamiento machista. Aunque el goteo no cesa y no deja de preocupar la violencia física, la forma más habitual de malos tratos entre jóvenes es el dominio psicológico, según detectan los especialistas: el control sobre la ropa que se ponen las novias, su maquillaje, las amistades con las que salen o dónde pasan el tiempo. 

Las nuevas tecnologías emergen como una nueva herramienta de vigilancia. Ejercen un control agobiante para las chicas. A través de Whatsapp o Facebook pueden saber en todo momento dónde están, qué están haciendo y con quién. Las hostigan pidiéndoles pruebas: si dicen que están viendo la televisión, les piden qué película echan en un canal, y si les cuentan que están en el baño, las obligan a tirar de la cadena para demostrarlo. Este atosigamiento se dispara en el momento de la ruptura, cuando el acosador utiliza cualquier mecanismo para mantener el control sobre su expareja. Otra de las modalidades del acoso a través de Internet consiste en difundir imágenes privadas, insultos o humillaciones en las redes sociales.





Muchas jóvenes no solo consienten estas actitudes sino que las justifican bajo la creencia de que "los celos son una expresión del amor". De acuerdo con el último estudio de "Igualdad y Prevención de la violencia de género en la adolescencia", dirigido por Díaz-Aguado, casi tres de cada diez chicas han escuchado con frecuencia aquello de "si está celoso, es que te quiere".No entienden que un comportamiento posesivo es el caldo de cultivo de la violencia de género. El mito del amor romántico contribuye a que las jóvenes no sepan detectar los síntomas: "el amor no lo puede todo y quien bien te quiere no te hará sufrir".

Además, hay que destacar que el comportamiento de los jóvenes en sus primeras parejas funciona principalmente por imitación. Actúan de manera análoga a sus referentes, entre los que destacan su familia, su entorno social y los medios de comunicación, especialmente la televisión. “Internet, el cine, las series... nos hacen asumir ciertos roles y normalizar la violencia. «Hay un discurso absolutamente sexista en buena parte de la cultura audiovisual que consumen. Un discurso en el que se prestigia la agresividad como símbolo de masculinidad. Y es un bombardeo constante, que les llega de programas de TV , de videojuegos violentos, anuncios e incluso de estilos musicales como el reggaeton», explica el sociólogo Xavier Martínez  Celorrrio.
Historias como Crepúsculo o Cincuenta sombras de Grey son muy nocivas porque hacen pensar a las chicas que pueden con los malotes”.


Asimismo, el machismo está todavía muy arraigado en una parte del inconsciente colectivo. La educación en la igualdad afecta a algunos aspectos, pero no cala en todos porque hay hombres que aún necesitan construir su identidad a partir del dominio y de la posesión sobre la mujer. Estamos en un momento de polarización en que se ha asumido el empoderamiento de la mujer en la sociedad, pero todavía no se acaba de admitir que es necesario cierto desempoderamiento de los hombres”, alega Hilario Sáez, sociólogo de Hombres para la Igualdad. Lo que sí constata en talleres en los institutos es que hay adolescentes que se siguen declarando machistas: “Para mandar entre hombres, hay que distinguirse de las mujeres y de los niños. A esa edad, hay que ser el más fuerte y eso se va haciendo mediante pruebas de masculinidad. Tienen mucha presión y el que más habla, habla por los demás. Siempre se le suman otros que quieren ser identificados con el fuerte”.

"Mientras las actitudes machistas sigan construyendo la identidad masculina, las cosas seguirán como hasta ahora", afirma Pescador. Este sociólogo asegura que una posible solución es elaborar desde el principio actitudes masculinas que no impliquen machismo. Roles masculinos y posiciones de poder que no impliquen ese bagaje.

Amelia Valcárcel, catedrática de Filosofía y experta en estudios de género, apuntaba en la misma dirección sobre este tipo de violencia: "Si el aprendizaje viril se sigue realizando en términos de superioridad respecto de las mujeres, la libertad de ellas no estará garantizada".